"El aplazamiento ya no es posible": el Tribunal de Cuentas lanza una advertencia al Gobierno

El Tribunal de Cuentas ha elaborado una evaluación más que preocupante del estado de las finanzas públicas francesas . Cada año, durante los últimos treinta años, el tono se ha vuelto un poco más alarmista, exigiendo mayores esfuerzos financieros para reducir el déficit público, y sin embargo, nada ocurre... Francia tiene el mayor déficit público de la eurozona (casi el 6 % del PIB) y la tercera deuda más alta, con un 114 % del PIB a finales de marzo. «Ya no es posible posponer los esfuerzos», dicen los sabios de la Rue Cambon.
Para sanear las cuentas, el gobierno ha prometido un esfuerzo presupuestario de unos cuarenta mil millones de euros este año y la misma cantidad en 2026. Sus propuestas no se darán a conocer hasta mediados de julio, pero las opciones son cada vez más claras: el año en blanco (congelación del gasto público), cuyo alcance aún está por definir. La ministra de Cuentas Públicas, Amélie de Montchalin, habla de una "pausa en ciertos gastos". Eric Lombard , ministro de Economía, ha asegurado que las empresas no pagarán más impuestos.
Pero entonces, ¿quién asumirá los aumentos de impuestos que no estén "excluidos desde el principio" por la presidenta de la Asamblea, Yael Braun-Pivet? ¿Los más ricos? Pero eso no será suficiente. La contribución excepcional que debían pagar en 2025 solo aportará 1.200 millones, según el IPP.
Debemos retomar las palabras de Français Bayrou: «Todos tendrán que hacer un esfuerzo». Y hoy, los escenarios que se barajan son la congelación de la escala del impuesto sobre la renta, que podría suponer 2.000 millones, pero también el CSG (1 punto equivale a 15.000 millones de euros).
El Tribunal de Cuentas sigue siendo muy escéptico sobre la capacidad del gobierno de Bayrou para cumplir sus compromisos, tanto más cuanto que el crecimiento probablemente será inferior al 0,7% previsto.
RMC